Maximiliano Conca, el tucumano que se infartó en Chile y debió pagar $650.000 de internación, habló en medio de su recuperación y reveló que no pagó su seguro de viaje porque era costoso. Además, se mostró agradecido con el Gobierno de Tucumán, que lo trajo a Argentina.
En diálogo con La Gaceta de Tucumán, el arquitecto explicó que sabía que antes de partir hacia Viña del Mar debía costear el seguro médico, pero le “pedían la misma cantidad de plata que llevaba a Chile”, por lo que tuvo que optar: “O pagaba la asistencia y no tenía nada de plata allá y no viajábamos, o me quedaba con el seguro en Tucumán. Uno nunca espera que le pase lo que me pasó a mí”, comentó.
Conca manejaba con su novia por la localidad chilena el domingo 10 de febrero, cuando sufrió un infarto de miocardio. Inmediatamente fue trasladado al Hospital Naval. Con respecto a esto, sostuvo: “Estuve en un hospital privado, porque estaba a cuatro cuadras de donde tuve el infarto. En ese momento era el más cercano. Tampoco había cama en el hospital público, y por mi estado crítico no me podían trasladar”. Y agregó: “En la unidad coronaria no me podían tener más de dos días; yo estuve tres. Al no ser ciudadano chileno no tenía prioridad de nada. La salud pública es para los chilenos”.
Habló el argentino accidentado que tenía que pagar US$10.000 para ser atendido en Bolivia
En segundo término, el hombre contó que tuvo que conseguir un traslado especial para volver al país: “Mi mejoría fue el miércoles 13 de febrero, y se pidió un avión sanitario porque los médicos que me atendieron en Chile no me querían dar el alta de otra forma. Yo no podía pasar la cordillera por la altura. Iba a tener que estar un mes para recuperarme y que me dejen viajar en un avión de línea”. En este sentido, destacó los esfuerzos del Gobierno de su provincia “para lograr que ese avión cruce la frontera”, ya que desde que “se enteró de la situación” quiso repatriarlo. Por eso, dijo que le “encantaría darle un abrazo” al mandatario, Juan Manzur.
Anteriormente, Conca publicó una carta ofreciendo su trabajo ad honorem para “devolver hasta el último centavo de lo que se gastó” en su atención: “Yo soy arquitecto, y quiero espacios públicos para mi gente. Quiero construir escuelas. Soy un ciudadano más”, finalizó.
F.F/FeL